Cada casa tiene sus secretos y, por supuesto, esta acogedora casa de campo no es una excepción, donde, por cierto, hace muy poco tiempo, en una reunión secreta de los amigos del propietario, una rubia dura de mierda, capaz de mucho, mucho en el compañía de hombres brutales, tuvo lugar. Los invitados tuvieron la oportunidad de recordar sus años mozos y aquellas locas fiestas donde las bebidas alcohólicas corrían como un río y todos nadaban desnudos en la piscina con todas las consecuencias en forma de folladas colectivas. Y hoy el sexo madre e hijo real dueño del adosado estaba muy contento, viendo el colectivo follando en su terraza.
